Esta noche tenemos una cita muy especial con dos artistas que juegan con un folk bañado en aguas de psicodelia. Pablo Und Destruktion se trae su particular cancionero apasionado y montañoso, mientras que Aries ofrecerá sus melodías sublimes con brisa de fantasía. Será en el Bar Labranza de Meiro-Bueu a las 22:00 h.
PABLO UND
DESTRUKTION
Pablo Und Destruktion es el tercer ojo de Pablo G. Díaz, asturiano que ha participado
en grupos como Silencio Oso o Arroz, y colaborado ocasionalmente con otros
artistas como Fee Reega o Lomo Bajo. Pablo Und Destruktion hace canciones
sinceras, luces, ecos y taladros que agujerean el amor, la guerra y los
sentimientos extremos. Ejecuta un folk raro, misterioso y psicodélico que lo
acompaña con bailes y pinturas, convirtiendo los conciertos en rituales
extraños e impredecibles.
Su
carbón ha ensuciado varios lugares de España y del extranjero, así como las
camisas de grupos como Wooden Wand, The Great Park, Mute Swimmer, Alberto
Acinas. En los próximos meses saldrá el nuevo disco, tocará con Daniel Higgs,
se irá a Alemania, Austria y Suiza y lo pasará bien. Al menos no muy mal.
Puedes escuchar su disco "Animal con parachoques" pinchando aquí.
ARIES
Aries es Isabel Fernández Reviriego, antigua componente de las maravillosas Charades,
quien una vez trasladada de Madrid a Vigo tuvo que convertirse en mujer
orquesta al cantar y tocar guitarra, sintetizador y piano para, en compañía de
su hermana Virginia (que se ocupó de las baquetas y las percusiones) y de Santi
Garcia (encargado del bajo y de la producción), concretar la propuesta de su
nueva figura artística en formato largo: este “La Magia Bruta” (BCore, 2012)
que, desde el comienzo, juega con el oyente al incluir ‘bruta’ en el título de
un repertorio que escapa, justamente, de las connotaciones que se derivan de
ese adjetivo.
Desde el primer momento se extiende la base mullida sobre la que
reposará gran parte de su cancionero: voz delicada (tan característica en
ella), melodía para relamerse de gusto e inclusión de los elementos mínimos
para apoyarla (en este caso, guitarra española limpia, coro y, de fondo,
¿castañuelas?) Sobre esa estructura se van asentando (y encajando entre sí) las
distintas composiciones del disco, para recrear escenas en las que se observa a
Isa con la mirada fija en The Beach Boys, The Byrds, The Zombies o en cualquier
pequeño colectivo de pop-folk psicodélico sesentero. Estampas, todas ellas
fantasiosas, fáciles de imaginar una vez que “La Magia Bruta” comienza a entrar
con extrema suavidad por los oídos mientras se saborea como un dulce de
algodón. Después, como quien no quiere la cosa, logra que se erice el vello del
mismo modo que lo haría la seda virgen hasta calar hondo en el corazón con
total parsimonia.